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01 mayo 2011

Tarta de San Marcos


Hoy presento una tarta que hacía tiempo quería hacer, pero no encontré el momento indicado. Hoy teníamos una reunión familiar y que mejor ocasión para preparar esta rica tarta y acompañar el café.
Reconozco que requiere su tiempo hacerla, pero merece la pena.

Esta receta la recogí de Jose Angel, que tiene un blog muy dulce, aunque confieso que  la crema de yema se me ha resistido un poco, el final no ha estado muy mal del todo.

Pues nada, si un día queréis sorprender con una tarta deliciosa, esta podría ser una de ellas.






Ingredientes:
Para el bizcocho:
120 gr de azúcar
4 huevos
120 gr de harina
Un pellizco de sal
1 cucharada de levadura royal

Para el relleno
800 gr de nata montada para el relleno
2 cucharadas soperas de cacao puro sin azúcar Valor
160 gr de azúcar

Para el jarabe de calar:
100 gr de azúcar
1 vaso de agua
½ vasito de ron

Para la crema de yema:
150 gr de azúcar
50 ml de agua
4 yemas de huevo
1 cucharada generosa de maicena

Para adornar:
Azúcar granulada

Preparación:
Ponemos el horno en funcionamiento a 180º.
En un cuenco ponemos la yemas y el azúcar y batimos con ayuda de unas varillas hasta que blanquee, montamos las claras a punto de nieve bien firme e incorporar a las yemas mezclando de manera envolvente, por último mezclamos la levadura con la harina previamente tamizada y echamos en el cuenco junto con el pellizco de sal y mezclamos con cuidado hasta que esté todo unido.

Volcamos en un molde previamente engrasado y metemos al horno durante 30 minutos, con calor arriba y abajo.
Sacamos y dejamos enfriar.

Jarabe de calar:
En un cazo ponemos el agua y el azúcar, llevamos al fuego y cuando comience a hervir removemos hasta que se disuelva bien todo el azúcar, echamos el ron y dejamos cocer un minutillo más, retiramos del fuego y dejamos enfriar.

Crema de yema:
En otro cazo ponemos el agua y el azúcar, dejamos cocer unos minutos hasta que el azúcar este disuelto y coja un poco de consistencia, retiramos del fuego dejando templar, mientras mezclamos las yemas con la maicena mezclando bien con una cuchara hasta que esté bien integrada la harina, ponemos nuevamente el cazo al fuego y echamos la mezcla de las yemas, removiendo continuamente hasta que la crema se haga gordita, retiramos del fuego y dejamos enfriar.

Crema del relleno:
Con ayuda de unas varillas eléctricas batimos la nata con el azúcar hasta que quede firme, la dividimos en dos partes una de ellas con un tercio más.

A la de menor cantidad le añadimos el cacao y mezclamos bien esta será nuestra crema de trufa.
Como ya tendremos nuestro bizcocho frío, procedemos a hacerle dos cortes en horizontal creando tres planchas.

Yo siguiendo un procedimiento que siempre me ha dado buen resultado he utilizado el molde desmontable donde he horneado el bizcocho, si lo prefieres puedes montarla directamente sobre un plato.
Colocamos la primera plancha de bizcocho y pintamos generosamente con el jarabe de calar, encima ponemos la crema de trufa extendiendo bien, colocamos la segunda plancha de bizcocho y volvemos a pintar con el jarabe, echamos la nata dejando una parte para poder adornar el contorno de la tarta y extendemos por toda la superficie, colocamos la última plancha de bizcocho y terminamos de pintar con el jarabe, volcamos la crema de yema y extendemos uniformemente.
Dejamos que enfrie.
Rociamos con el azúcar y quemamos con ayuda de un soplete.
Retiramos el lateral del molde y cubrimos todo el contorno de la tarta con la nata que nos ha quedado, no hace falta que quede muy lisa, un buen truco es pasarle un chuchillo de sierra suavemente y queda genial.
Si queremos podemos ponerle unos granitos de almendra ligeramente tostada a ese borde, o unos hilos de chocolate en la superficie.
Y ya tenemos nuestra rica tarta.
Me hubiese gustado poner fotos del corte porque era realmente precioso, pero se me olvidó hacerlas ¡qué desastre soy! Bueno para la próxima.