Receta homenaje a Mayte, bloguera cocinera de el
horno de María
La vida te brinda la fortuna de ir conociendo a lo largo de
nuestro camino a infinidad de personas, y hoy en día es más fácil si cabe a
trabes de este medio grandioso que es internet.
Este mundo bloguero en el que de una manera u otra nos hemos
adentrado, nos ha facilitado el poder conocer a un sinnúmero de personas de
cualquier parte de esta nuestra tierra, aunque simplemente sea por mediación de
unas líneas escritas en esta navegación.
Yo, por desgracia no he llegado a conocer a Mayte cuando aún
seguía cocinando para el que quisiera adentrarse en su cocina, y aunque ya es
tarde se que podré sentirla atraves de sus recetas. Hoy me uno a
todos los que la han seguido y han disfrutado con ella y sus cachareteos,
presentando uno de sus platos. En este caso una deliciosa tarta de cerezas, no
me ha salido tan bonita como a ella, pero va cargada de un enorme cariño.
Mayte va por ti y por todo lo que
nos has dejado, un beso enorme allí donde estés.
La receta la he dejado tal cual
ella la explicaba y la podeis encontrar en su cocina de El horno de
Maria
Ingredientes:
280 a 290g de huevos
100 g Harina de Repostería
150g de azúcar
200 g de nata líquida
100 g de leche
50 g de mantequilla fundida, más mantequilla para engrasar los
moldes
unas gotitas de esencia de vainilla (muy poco)
azúcar glas, para espolvorear en el acabado)
500 g de cerezas (pesadas sin deshuesar) en su punto óptimo de
madurez.
Las cerezas deben estar limpias, secas, sin rabitos, pero con su
hueso.
Preparación:
En un cuenco amplio batimos los huevos, añadiendo el azúcar poco a
poco hasta tener una mezcla espumosa.
Agregamos la nata, la leche y la esencia de vainilla, sin dejar de
batir. Incorporamos la mantequilla fundida y batimos hasta que se integre. Esta
masa se termina incorporando poquito a poco la harina repostera, en pequeñas
cantidades, a fin de que no quede ni un grumo.
Puedes hacerlo tamizando la harina sobre la crema, si quieres,
ayudándote con una espátula de silicona o bien, de unas varillas manuales, lo
que te haga “mejor apaño”.
Tapar el cuenco (con un trapo, por ejemplo) y dejar la masa en la
nevera, para que repose al menos media hora.
Engrasa con mantequilla un molde (o varios individuales), dispón
la fruta sobre su base y cúbrela con la masa.
Introduce en el horno precalentado a 180º C, durante unos 40
minutos aproximadamente. Sabrás cuando está en su punto al observar la
superficie de la tarta dorada y su interior cuajado, lo que podrás comprobar
pinchando con la punta de un cuchillo fino o un palillo. Los moldes individuales, obviamente,
tardarán mucho menos.
Terminamos adornando espolvoreadas con azúcar glas.
Queda muy rica con el maravilloso frescor de
las cerezas.