Esta receta la suele hacer el
jefe en momentos especiales, es un plato muy agradecido que como todo buen guiso está mejor
de un día para otro.
Es un plato especial que tengo identificado como uno de los
guisos familiares, porque casi
siempre que lo hace es cuando nos reunirnos con la familia o amigos.
La verdad es que lo borda, y todos los que lo prueban quedan
encantados, aunque claro es un tanto pecaminoso porque el pan vuela con el
irresistible mojeteo.
Los amantes del cordero no
pueden dejar pasar de largo esta receta porque es un autentico manjar.
Ingredientes:
1 ½ de cordero Segureño
4 dientes de ajo
2 hojas de laurel
unas diez almendras
un puñadito de piñones
1 puerro
1 cebolleta grande
1 pimiento verde
1 tomate mediano
1 vaso de vino blanco
1 vaso de agua
1 cucharadita de harina de maíz
un ramillete de hierbabuena
comino
pimienta
sal
tomillo
romero
aceite de oliva
Preparación:
En una olla amplia ponemos aceite suficiente como para cubrir el
fondo de esta, freímos los ajos enteros pero sin piel y las almendras, cuando
cojan un poco de color retiramos a un mortero donde majaremos con una pizca de
sal y reservamos.
Salpimentamos la carne que habremos cortado en trozos y freímos en
ese mismo aceite, cuando esté bien doradita retiramos y reservamos.
Cortamos el puerro, la cebolleta y el pimiento en trocitos no
demasiado pequeños y rehogamos, cuando estén tiernos añadimos el tomate limpio
de piel y troceado en cubitos, y dejamos cocinar hasta que tengamos un buen
sofrito, en este punto pasamos la batidora un poco en la misma olla de manera
que quede un poco más fino.
Integramos nuevamente la carne a la olla removemos un poco y
añadimos los piñones, una pizca de comino, un ramillete de tomillo y romero, regamos con el vino y el agua.
Dejamos cocer hasta que hierva, en ese momento incorporamos la
hierbabuena al mortero del majado y machacamos hasta integrar bien, volcamos en el guiso y removemos un
poco, rectificamos de sal y dejamos cocinar hasta que reduzca un poco, el punto
estará cuando veamos que la carne se desprende del hueso.
Si nos gusta la salsa un poquito más espesa diluimos la
cucharadita de harina en un poco de caldo o agua e incorporamos al guiso
dejando cocer un minutillo más.
Ya tenemos nuestra caldereta lista para agarrar un buen trozo de
pan y disfrutar.
¡Que aproveche!